El 75% de las personas con enfermedad mental fuma

Según los expertos, esta relación entre adicción al tabaco y enfermedad mental tiene un correlato biológico ya que la nicotina actúa sobre los receptores nicotínicos del cerebro y puede hacer que los síntomas cognitivos sean menores, al tiempo que mejora la hostilidad

•Los daños físicos del tabaco en los pacientes con otra enfermedad mental están relacionados con procesos oncológicos, patologías pulmonares, dermatológicas y muerte prematura; en el caso de los pacientes con esquizofrenia adictos al tabaco la esperanza de vida se reduce unos 28 años

•La doctora Nora Volkow, directora del National Institute on Drug Abuse (NIDA) de Estados Unidos afirma: “El cannabis es la droga ilegal más consumida en Europa y Estados Unidos”

  • El 75% de los pacientes con adicción a la cocaína sufren algún trastorno mental grave en algún momento del consumo. Además, puede asociarse a trastornos de ansiedad, a fobia social, ansiedad generalizada o trastorno de estrés postraumático, así como a síntomas psicóticos asociados

El 75% de los pacientes con adicción a la cocaína sufren algún trastorno mental grave en algún momento del consumo.

El 23% de las personas en nuestro país son fumadoras aumenta en el caso de los pacientes con trastornos mentales y da lugar a la patología dual (coexistencia de un trastorno adictivo y otro trastorno mental). En el caso de las personas con trastorno bipolar se incrementa hasta el 50%, y en el caso de los pacientes con esquizofrenia llega al 75%.

Actualmente, es muy frecuente asociar los trastornos mentales a la adicción al tabaco. Según los expertos, esto tiene un correlato biológico ya que al fumar se libera nicotina, un neurotransmisor que puede hacer que los síntomas cognitivos sean menores. “Se trata de un beneficio a nivel subjetivo, los pacientes suelen coincidir en que, cuando fuman, se encuentran mejor, se tranquilizan, consiguen concentrarse e incluyo para algunos puede aliviarles los efectos secundarios de los fármacos”, apunta el doctor Luis Gutiérrez, del Complejo Hospitalario de Granada, durante el I Congreso Mundial de la World Association of Dual Disorders (WADD) y el V Congreso Internacional de la Sociedad Española de Patología Dual (SEPD), que se está celebrando en Madrid.

Los efectos del tabaco podrían resultar ciertamente beneficiosos a corto plazo, pero al igual que en el resto de personas sus efectos negativos son devastadores, según los expertos. “Los daños físicos del tabaco en estos pacientes también tienen que ver con procesos oncológicos, patologías pulmonares, dermatológicas, lesiones odontológicas, problemas de esterilidad, etc., además de desencadenar en una muerte prematura”. Por otro lado, el experto incide en que las consecuencias a nivel psíquico son también muy importantes, ya que son un factor de muy mal pronóstico porque están más asociadas a mayores recaídas y a menor eficacia de los fármacos, sintomatología más aguda, etc. Así, el doctor Gutiérrez manifiesta: “Un estudio publicado este año concluye que en el caso de los pacientes con esquizofrenia adictos al tabaco la esperanza de vida se reduce unos 28 años”.

Además, estos pacientes duales fuman con más intensidad. A pesar de esto, el Dr. Gutiérrez recalca la importancia de concienciar tanto a profesionales, como a pacientes de la necesidad de que estos pacientes se los trate integralmente de la patología dual.

El cannabis, la droga ilegal más consumida en Europa y Estados Unidos.

El cannabis, la droga ilegal más consumida en Europa y Estados Unidos

La doctora Nora Volkow, directora del National Institute on Drug Abuse (NIDA) de Estados Unidos, asegura que el cannabis “es, sin duda, la droga ilegal más consumida en Europa y América del Norte”. Asimismo, en el marco del congreso, la doctora ha explicado: “En términos generales, el cannabis y muy especialmente su consumo en edades tempranas es un factor muy importante que influye de manera directa en el desarrollo de cerebro y de sus funciones”, y ha añadido que sufrir una enfermedad mental es, en general, el riesgo más alto para el consumo de drogas, incluido el cannabis.

El THC (la sustancia psicoactiva del cannabis) es el elemento fundamental que interfiere y perturba el sistema endocannabinoide y un amplio número de neurotransmisores imprescindibles para el correcto funcionamiento cerebral. “La interacción entre el THC y este sistema puede desencadenar en numerosos efectos negativos como problemas de aprendizaje y de memoria, funciones motoras, mayor riesgo de psicosis y, por supuesto, adicción”, ha señalado la directora del NIDA.

Según los profesionales, durante la década pasada se ha producido un gran avance en la comprensión de los complejos circuitos que funcionan detrás de las enfermedades mentales. “Este nuevo paradigma de compresión y análisis de estas patologías nos ha abierto una ventana y es aún más importante cuando hablamos de patología dual. Esta nueva realidad nos va a permitir seguir desarrollando estrategias de tratamiento y abordaje holísticas y globales”, comenta la doctora Volkow.

La psicosis cocaínica (o inducida por cocaína) es una de las complicaciones psicopatológicas más frecuentes y de mayor gravedad relacionadas con su uso.

El 75% de los pacientes con adicción a la cocaína sufren algún trastorno mental grave durante el consumo

El inicio de consumo de cocaína se sitúa en 21,3 años y son los hombres jóvenes el perfil más prevalente en el consumo de esta sustancia. De hecho y según afirma la doctora Lara Grau-López, del servicio de Psiquiatría del Hospital Vall d’Hebron: “El 6% de los varones de entre 25 a 34 años ha consumido cocaína en los últimos 12 meses, mientras que en las mujeres de la misma edad sólo han sido el 2,2%”.

Las personas dependientes de cocaína presentan a menudo, según la experta, síntomas depresivos que incluso cumplen criterios diagnósticos para el trastorno depresivo mayor. “Asimismo, puede asociarse a trastornos de ansiedad como crisis de angustia, o síntomas comunes con fobia social, ansiedad generalizada o trastorno de estrés postraumático. Además, es habitual que estas personas sufran síntomas psicóticos asociados”, explica la experta.

En este sentido, la doctora añade que el 75% de los pacientes con adicción a la cocaína sufre algún brote psicótico en algún momento del consumo. “La psicosis cocaínica (o inducida por cocaína) es una de las complicaciones psicopatológicas más frecuentes y de mayor gravedad relacionadas con su uso. Lo más característico es la sintomatología paranoide, ideas delirantes autorreferenciales de perjuicio, persecución o celotípicas, con el consiguiente sentimiento de amenaza y episodios de auto o hetero-agresividad”. apunta la doctora Grau-López.

Durante el congreso se van a presentar datos y estudios sobre el abordaje que se debe realizar en dichos pacientes y es que, tal y como apuntan los especialistas, el futuro del tratamiento a la adicción a la cocaína debe ir enfocado a tratar a los pacientes duales adictos a la cocaína de manera integral, “es decir, en centros donde se trate de manera específica tanto la adicción a la cocaína como el trastorno psiquiátrico comórbido a la adicción”, resalta la experta.

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psiquiatría tabaquismo

Ser mujer es el segundo factor de riesgo para sufrir depresión

•Los especialistas abogan por el abordaje de la depresión desde la perspectiva del género.

•Trastornos de ansiedad, somatomorfos, de consumo de alcohol o sustancias y trastornos de la conducta alimentaria, principales patologías asociadas a la depresión en la mujer.

•Lograr la plena recuperación funcional del paciente exige la remisión de los síntomas cognitivos, como son las dificultades de atención, concentración, memoria, toma de decisiones y planificación.

Las principales víctimas de la depresión son las mujeres menores de 29 años o mayores de 55, según ha puesto de manifiesto la Organización Mundial de la Salud.

Entre 2005 y 2015, la depresión aumentó un 18,4%, en todo el mundo, siendo las principales víctimas las mujeres menores de 29 años o mayores de 55, según ha puesto de manifiesto la Organización Mundial de la Salud a finales de febrero. La prevalencia global de los trastornos depresivos es el doble en las mujeres que en los varones. La OMS estima que el 26% de las mujeres presentará un Episodio Depresivo Mayor a lo largo de su vida, frente al 12% de los hombres.

En nuestro país, según el estudio ESEMeDi, la prevalencia de la depresión a lo largo de la vida es de entre un 5 y un 7,5% en los varones, y de entre un 13 y un 16% en las mujeres.

Ser mujer es el segundo factor de riesgo para sufrir depresión, por detrás de los antecedentes familiares.

Abordaje de la depresión desde una perspectiva de género

Con estos datos, ¿sería necesario un abordaje desde el punto de vista del género en una enfermedad como la depresión? Así lo creen los especialistas. En palabras del Profesor Jerónimo Saiz, Jefe de Servicio de Psiquiatría del Hospital Ramón y Cajal de Madrid, CIBERSAM, y patrono de honor de la Fundación Española de Psiquiatría y Salud Mental (FEPSM), “cualquier enfermedad debería abordarse así. La depresión es tan frecuente que el abordaje más habitual es inicialmente en la atención primaria de salud”.

Para el Dr. Miquel Roca, Coordinador de la Unidad de Psiquiatría del Hospital Juan March de Mallorca y Profesor Titular de Psiquiatría en la Universidad de las Islas Baleares, “se deberían tener en cuenta todos los factores involucrados y ser muy conscientes de este mayor riesgo de que se presente la enfermedad en mujeres, además de valorar específicamente algunas situaciones (menarquia, parto, postparto, menopausia) donde se producen cambios hormonales, psicológicos y sociales muy relevantes de manera simultánea”.

Según el Dr. Vicente Gasull, Coordinador del Grupo de Salud Mental de SEMERGEN, “con la terapia personalizada se espera lograr una respuesta más rápida y efectiva, logrando la remisión del proceso depresivo y la recuperación plena de la funcionalidad del paciente. Todo ello redundará en una mejora de la calidad de vida del paciente y de su familia, en una menor probabilidad de recaída o recurrencia y en que el proceso no se cronifique”.

Los trastornos psiquiátricos que con mayor frecuencia aparecen asociados a la depresión en la mujer son los trastornos de ansiedad, seguidos por los somatomorfos, trastornos por consumo de sustancias o alcohol y trastornos de la conducta alimentaria.

Factores biológicos, genéticos, socioculturales y psicológicos explican esta diferencia de género en la prevalencia de la depresión.

La principal puerta de entrada para el diagnóstico y el tratamiento de la depresión sigue siendo la atención primaria, donde se estima que “uno de cada cinco pacientes padece síntomas depresivos, representando aproximadamente el 14% de las consultas. La mayor incidencia de depresión en la mujer se presenta entre los 25 y 45 años. La depresión en la mujer suele manifestarse, con mayor frecuencia, con síntomas somáticos”, afirma el Dr. Gasull.

Por otro lado, los trastornos psiquiátricos que con mayor frecuencia aparecen asociados a la depresión en la mujer son los trastornos de ansiedad, seguidos por los somatomorfos, trastornos por consumo de sustancias o alcohol y trastornos de la conducta alimentaria, según los especialistas. Las mujeres presentan, además, tasas significativamente mayores de trastornos psiquiátricos comórbidos en relación a los hombres.

Objetivo del tratamiento de la depresión: lograr la completa recuperación funcional

El lema del Día Internacional de la Mujer 2017 es: “Las mujeres en un mundo laboral en transformación: hacia un planeta 50-50 en 2030”. Para lograrlo, es fundamental, entre otras cosas, abordar correctamente la salud mental de la mujer, ya que enfermedades como la depresión, tienen el doble de prevalencia en el género femenino que en el masculino.

Síntomas afectivos (tristeza, ansiedad, irritabilidad, bajo estado de ánimo, desesperanza…), cognitivos (dificultades de atención y concentración, de memoria, de toma de decisiones y planificación, etc.) y somáticos (fatiga, cambios en el apetito y peso, alteraciones del sueño, dolor de cabeza, problemas estomacales…) caracterizan esta patología que limita el funcionamiento diario en todas las esferas de la vida.

Según el Dr. Roca, “las alteraciones cognitivas constituyen una parte esencial de la sintomatología de la depresión y hasta hace pocos años era una característica que no se tenía en cuenta entre las manifestaciones de la enfermedad. La cognición afecta el rendimiento laboral, académico, social, es responsable de buena parte de las llamadas alteraciones “funcionales” de la enfermedad depresiva con un impacto individual y profesional muy marcado”.

Para el Dr. Gasull, “los síntomas cognitivos residuales más frecuentes son la dificultad de concentración, los olvidos frecuentes, la indecisión con dificultad para tomar decisiones y priorizar y el procesamiento lento (habla y respuestas lentas). Todo esto lleva a que el paciente realice una autoevaluación negativa de sí mismo que induce a una pérdida de autoestima y a que limite las interacciones sociales”.

Diagnosticarlos y tratarlos adecuadamente resulta fundamental para que el paciente alcance la recuperación funcional, es decir, volver a sentirse y funcionar como lo hacía antes de padecer depresión, retomando el control de su vida.

Como explica el Prof. Saiz, “los síntomas cognitivos de la depresión afectan al desempeño en el entorno laboral y en el día a día de cualquier persona. La atención, concentración y función ejecutiva deben estar muy operativas para resolver las actividades diarias y que la vida familiar, personal y profesional funcione con normalidad. Por ejemplo, un ama de casa tiene a su cargo múltiples tareas que pasan, con la depresión, de ser sencillas y rutinarias a resultar inasequibles. Esto hace que, el paciente experimente un gran malestar y sentimiento de culpa”.

Más del 70% de los pacientes que responde al tratamiento sigue presentando síntomas cognitivos, siendo uno de los síntomas residuales más prevalentesiii.

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Mujer psiquiatría

«Los trastornos mentales están infradiagnosticados en los mayores»

• En el Día Mundial de la Salud Mental, hoy 10 de octubre, los expertos reconocen que los  trastornos mentales, frecuentes en las personas mayores, impiden disfrutar de una madurez activa.

• Es frecuente que las personas mayores y sus familias, y también los profesionales, perciban los problemas de salud mental como una consecuencia inevitable del envejecimiento, y no como problemas de salud que pueden mejorar si se utiliza el tratamiento adecuado.

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La depresión en los mayores es un factor de riesgo que puede anunciar una mortalidad prematura.

Con motivo del Día Mundial de la Salud Mental, la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología quiere recalcar que en general, las personas mayores se sienten más insatisfechas de su vida que las personas jóvenes. Problemas  como  depresión y  ansiedad aumentan en las últimas etapas de la vida. La depresión afecta a un índice de población con más de 65 años, entre el 10% y el 15%, aunque el número puede ser mayor incluso cuando se tiene en cuenta el espectro total de los síndromes depresivos, incluyendo la depresión subclínica.

Difícil de diagnosticar

A veces, este trastorno se infradiagnostica al imputar a la edad cambios en el estado emocional que no son propios de la misma.  Es muy frecuente encontrar depresión en personas que están ingresadas en residencias de mayores. Hay que tener en cuenta también que estos problemas de salud mental pueden interactuar en el grupo de personas mayores, haciendo que el procedimiento de valoración y de gestión sea más difícil. Para el presidente de la SEGG, el doctorJosé Antonio López Trigo “las personas mayores , sus familias y también los profesionales perciben los problemas de salud mental como una consecuencia inevitable del envejecimiento, y no como problemas de salud que pueden mejorar si se utiliza el tratamiento adecuado”.

Mujeres que viven solas, con más riesgo de problemas mentales

Hay ciertos grupos que tienen más riesgo de padecer trastornos mentales, y son los siguientes: mujeres, personas que no están casadas o viven solas, personas con enfermedades físicas y personas discapacitadas (especialmente cuando cursan con dolor y trastornos del sueño).

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Las mujeres y las personas que no están casadas o viven solasson más vulnerables a las dolencias mentales.

La depresión como factor de riesgo de discapacidad

Más allá de este impacto inmediato y profundo en la calidad de vida, la depresión en la población de mayores es un factor de riesgo de la discapacidad funcional y puede anunciar una mortalidad prematura, ya que las personas con depresión son más proclives, entre dos y tres veces, a padecer dos o más enfermedades crónicas, y tienen, entre dos y seis veces más posibilidades tener, por lo menos, una limitación en sus actividades diarias, si se compara con grupos más jóvenes. La depresión con morbilidad asociada en personas mayores aumenta también la frecuencia y el coste de la asistencia profesional y el riesgo de ingreso prematuro en residencias de ancianos.

Factores que relacionados con los trastornos mentales

Existen diversos factores que influyen en la aparición de los trastornos mentales en el caso de las personas mayores:

•   La salud física deficitaria y las limitaciones funcionales. La salud física es una preocupación básica de muchas personas mayores y está frecuentemente relacionada con estados de salud mental que también son deficitarios. Está demostrado que hay una comorbilidad importante de los trastornos de salud mental y de las enfermedades crónicas, que incluyen las lesiones recurrentes (por ejemplo las caídas), los accidentes cardiovasculares y el dolor crónico. “Los trastornos mentales tienen mucho impacto en la discapacidad, la evolución de la enfermedad, el cumplimiento terapéutico y el riesgo de mortalidad prematura”, explica el Dr. López Trigo.

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Los factores sociales y económicos aumentan los problemas mentales en mayores.

•  También hay que destacar que existen discapacidades, como los problemas de audición y sordera, que conducen también a la depresión, ya que la salud mental deficitaria y la soledad aumentan debido al impacto de estos problemas de salud de las personas mayores que dificulta el poder relacionarse y participar en la vida activa.

•  Los factores sociales y económicos aumentan la vulnerabilidad de las personas mayores en lo referente a los trastornos mentales.

•  Cuidadores como grupos de riesgo. La atención no profesional o familiar es la piedra angular de apoyo de las personas mayores que dependen del cuidado de los demás. Dispensar la atención necesaria en el hogar familiar acarrea tensión física, psicológica, social y económica, y los miembros de la familia (normalmente las mujeres) tienen a menudo que sacrificar muchas cosas para cuidar a sus familiares. El problema se agrava cuando los cuidadores no tienen la preparación suficiente, y la ayuda económica y humana es escasa. Como consecuencia de este hecho, los cuidadores tienen riesgo de padecer una enfermedad física o psicológica, lo cual indica que es necesario proporcionar ayuda a los cuidadores para evitar que caigan enfermos. El hecho es que es frecuente que los cuidadores presenten unos niveles clínicos elevados de ansiedad y fatiga, e incluso lleguen a sufrir una depresión.

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Participar en actividades positivas aumenta el bienestar y mejora la salud mental de los mayores.

Mejorar la salud mental de nuestros mayores

Desde la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología se recomienda llevar a cabo unos cambios en el estilo de vida que contribuyan en el bienestar físico y mental de los mayores. Algunos de estos buenos hábitos son:

•  Aumentar la participación en actividades positivas. Está demostrado  que participar en actividades positivas aumenta el bienestar y mejora la salud mental de los mayores. Los programas integrales de aprendizaje o el voluntariado, por ejemplo, promueven la realización social y personal de las personas mayores.

•  Practicar ejercicio físico ayuda a mejorar la salud mental y a aumentar la participación social. El ejercicio, que normalmente se recomienda a la población de personas mayores, es una ayuda para mejorar la salud física, el bienestar, el estado psicológico y reducir los síntomas depresivos.

•   Mejorar la salud física y tratar las enfermedades crónicas pueden prevenir los trastornos mentales. Para ello es fundamental mejorar los hábitos de alimentación y el aumento del ejercicio físico.

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Geriatría

PuntoDeInflexión frente a la esquizofrenia

•En el País Vasco, 18.863 personas están diagnosticadas de esquizofrenia; tras un primer episodio psicótico, es necesario un #PuntoDeInflexión como primer paso hacia la recuperación.

•Las claves son lograr que los jóvenes recién diagnosticados crean en su propia capacidad de superación, retomen el control de su vida y afronten con actitud positiva su recuperación, acercando así el colectivo de personas con esquizofrenia a la ciudadanía de pleno derecho. Este es el objetivo de la campaña #PuntoDeInflexión.

* El primer episodio psicótico suele ocurrir entre los 16 y 23 años, etapa en el que el joven está dando sus primeros pasos en el desarrollo de su proyecto vital.

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En el territorio español, alrededor de 400.000 personas conviven con el diagnóstico de esquizofrenia. El primer episodio psicótico suele darse entre los 16 y 23 años,

Enfatizar aspectos como la esperanza en su recuperación y creer en sus propias capacidades para lograrlo, son claves para que los jóvenes recién diagnosticados de esquizofrenia puedan superar este trastorno. Por ello, se ha puesto en marcha un proyecto que pretende ser un #PuntoDeInflexión en la actitud de estos jóvenes. La iniciativa incluye una campaña en redes sociales que pretende llegar a los jóvenes a través de uno de sus canales de comunicación más afines y utilizados, así como una guía informativa, cercana y positiva, que les orienta en sus primeros pasos tras el diagnóstico y aporta otra perspectiva ante el desaliento inicial favoreciendo que recuperen las ganas de luchar y de vivir.

Este proyecto ha sido puesto en marcha por la Asociación Madrileña de Amigos y Familiares de Personas con Esquizofrenia (amafe.org), que ha contado para la guía con el aval científico del Centro de Investigación Biomédica en Red Salud Mental (CIBERSAM) y la Sociedad de Psiquiatría de Madrid, así como el patrocinio de la alianza Otsuka-Lundbeck. Igualmente han dado su apoyo a la misma otras entidades como la Asociación Aragonesa Pro Salud Mental (Asapme), AFAUS PRO Salud Mental, Unión Madrileña Asociaciones Salud Mental (Umasam), Althaia (Xarxa Assistencial Universitària Manresa), la asociación Feafes Empleo, la Dirección General de Atención a Personas con Discapacidad, de la Consejería de Políticas Sociales y Familia de la Comunidad de Madrid y Salud Madrid.esquizofrenia-2

Desde Amafe se explica que vieron la necesidad de poner en marcha este proyecto porque “creemos firmemente que los jóvenes pueden superar las dificultades y volver a tener una vida llena de proyectos, sueños y metas… Además de estar convencidos de que el poder de las expectativas es mayor de lo que imaginamos y, muchas veces, lo olvidamos”, explica Daniel Jiménez, uno de los autores de la guía y psicólogo en Amafe.

En el territorio español, alrededor de 400.000 personas conviven con el diagnóstico de esquizofrenia, de las cuales 18.863 son vascas. El primer episodio psicótico suele darse entre los 16 y 23 años, momento en el que el joven está dando sus primeros pasos en el desarrollo de su proyecto vital. Actualmente los expertos apuestan por la detección y atención temprana en psicosis y en esquizofrenia para favorecer el proceso de recuperación, que suele definirse como un proceso único, muy personal, que pasa por el cambio de actitudes, valores, sentimientos y metas. Además, debe abordarse de manera global, desde el tratamiento farmacológico hasta la rehabilitación psicosocial incidiendo en aspectos como la participación comunitaria, la orientación académica y laboral y la creación de un proyecto de vida con sentido y definido por uno mismo, sin olvidar a la familia y allegados, claves en todo el proceso.

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El abordarse debe hacerse de manera global, desde el tratamiento farmacológico hasta la rehabilitación psicosocial.

“Existen factores que facilitan el proceso de recuperación como son la información, el optimismo, el apoyo profesional y el cariño de los allegados, entre otros”, asevera Jessica Matamoros, otra de las autoras de la guía y terapeuta ocupacional en AMAFE, “especialmente tras el diagnóstico, cuando es común que aparezca confusión, desánimo, desesperanza, miedo, incredulidad tanto en el joven como en su entorno”.

De hecho, según una encuesta a gran escala en la que han participado 5.205 personas en España con esquizofrenia/psicosis y sus allegados, conocida como Proyecto Voz, las necesidades de tipo afectivas (amigos, parejas y familia) son las más significativas para los menores españoles de 25 años (el 90% indicó que esta cuestión era “bastante o muy importante”), seguidas de otras como trabajar y/o estudiar (el 84,7%), sentirse bien físicamente (84,5%), potenciar su autonomía (83,7%) y dedicar tiempo a las actividades de ocio (80,2%). “Todas ellas son necesidades básicas similares a las de cualquier persona y están relacionadas con sentirse bien, conectar y la aceptación con los círculos sociales más cercanos”, explica Ana Cabrera, directora de AMAFE.

En el caso de los jóvenes vascos menores de 35 años, el 96,2% considera como muy o bastante importantes las necesidades de tipo afectivo (amigos, pareja, familia); el 88,8% de trabajar y/o estudiar; el 96,3% de sentirse bien físicamente; el 96,3% de potenciar su autonomía y el 89% de dedicar tiempo a actividades placenteras (ocio). El estudio Voz ha sido impulsado también por AMAFE, CIBERSAM, la Confederación Salud Mental España y en colaboración con la alianza Otsuka-Lundbeck.

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Una guía sencilla y, sobre todo, muy positiva

La campaña incluye la difusión de una guía que está escrita de una manera sencilla en la que se ofrece información sobre la esquizofrenia y sobre cómo afrontarla en un tono cercano y, sobre todo, muy positivo, incluyendo recursos gráficos con mensajes de confianza, animando a tomar decisiones y a recuperar el control de su propia vida. La guía #PuntoDeInflexión puede descargarse desde la página web http://www.amafe.org/punto-de-inflexion/

“Ante el diagnóstico, muchos jóvenes sienten que ya no tienen el control sobre sí mismos ni sobre sus vidas, y esa sensación de pérdida de control tiene un efecto aplastante en la persona”, afirma José Luis Rico, el tercer autor de la guía y psicólogo y subdirector técnico de AMAFE. “A medida que vamos tomando decisiones, vamos andando por el camino de la recuperación y vamos retomando el control que creíamos haber perdido”.

En este sentido, AMAFE espera que “la campaña facilite que las personas que reciben este diagnóstico encuentren un #PuntoDeInflexión en su camino hacia la recuperación y acercar así al colectivo de personas con esquizofrenia a la ciudadanía de pleno derecho”.

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psiquiatría

Un análisis de sangre podría predecir las alucinaciones

• Un equipo de la UPV/EHU, Cibersam, Ibiomed y del Hospital Universitario de Álava desarrolla un método rápido, sencillo, económico y no invasivo

• El brote psicótico es una alteración de la percepción de la realidad, traducida en alucinaciones o delirios, que puede ser el aviso de la existencia de una enfermedad mental como la esquizofrenia, un trastorno bipolar o una depresión mayor

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La investigadora de la UPV/EHU Ainhoa Fernández-Atucha  realizando una prueba de sangre en su laboratorio.

Si una persona llega con alucinaciones a un hospital una de las pruebas que realiza el equipo médico es un análisis de sangre. Un equipo investigador multidisciplinar de la UPV/EHU, del Hospital Universitario de Araba, Cibersam e Ibiomed ha utilizado esa prueba para desarrollar un modelo que ayude a pronosticar si el brote psicótico puede evolucionar hacia una enfermedad mental. Para ello, se toma en cuenta la actividad enzimática registrada en la analítica clínica. Este método es sencillo, rápido, económico y, sobre todo, no invasivo.

El brote psicótico es una alteración de la percepción de la realidad, traducida en alucinaciones o delirios, que puede ser el aviso de la existencia de una enfermedad mental como la esquizofrenia, un trastorno bipolar o una depresión mayor. O bien, puede tratarse de un simple trastorno puntual ocasionado por un agente externo. Hasta el momento no se habían encontrados marcadores biológicos en sangre fiables que puedan predecir la existencia de la enfermedad y faciliten un diagnóstico temprano para ofrecer una alternativa terapéutica.

La investigadora de la UPV/EHU Ainhoa Fernández-Atucha explica que “los síntomas de los brotes psicóticos están asociados a una alteración en la actividad de los neurotransmisores del cerebro y puede desembocar en una enfermedad mental tan grave como la esquizofrenia. Pero no todas las personas que sufran un brote de este tipo padecerán esquizofrenia. Nuestro modelo predictivo, basado en la técnica estadística de regresión lineal, busca mediante un análisis de sangre un reflejo de esa actividad cerebral en la actividad enzimática, y así poder mejorar el diagnóstico inicial y su evolución”.

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El estudio se realizó con 119 pacientes (78 hombres y 41 mujeres, de edades comprendidas entre los 17 y los 62 años). Todos eran pacientes del Hospital Universitario de Araba ingresados entre 2009 y 2012.

La actividad enzimática: marcador biológico

El estudio se realizó con 119 pacientes (78 hombres y 41 mujeres, de edades comprendidas entre los 17 y los 62 años). Todos eran pacientes del Hospital Universitario de Araba ingresados entre 2009 y 2012. Tras el primer brote psicótico se les realizó un control clínico y analítico que se repitió al mes, a los tres meses y al año. De la investigación fueron excluidas las personas que sufrieron alucinaciones o delirios tras consumir drogas o sufrir un traumatismo cerebral grave. El grupo de control estuvo integrado por 14 hombres y 16 mujeres sin antecedentes de trastornos psiquiátricos o neurológicos ni traumatismos craneoencefálicos.

La técnica desarrollada por el equipo investigador relaciona la actividad enzimática que tiene la persona  en el momento del brote psicótico con los datos obtenidos en las escalas de valoración psiquiátricas a lo largo de un año de seguimiento. En concreto, se cruzó la información relativa a las enzimas del grupo de las peptidasas (APB, APN, DPP-IV, PEP y PSA) y los resultados obtenidos mediante la Escala de Evaluación de la Actividad Global (EEAG) y la Escala de Depresión de Hamilton (HDRS).

El equipo investigador encontró que cuanto mayor era la actividad enzimática menor era la puntuación obtenida en las escalas de evaluación psiquiátricas referentes al estado general del paciente, y mayor en el caso de la escala que evalúa la presencia de síntomas depresivos.  Es decir, estos resultados son indicadores de un mal pronóstico de la evolución global del paciente a corto plazo. “El aumento de la actividad de las enzimas parece implicar una modificación de la actividad neuronal”, apunta Fernández-Atucha. Además, haber encontrado marcadores biológicos en sangre que adelanten la evolución de un brote psicótico es importante porque “el equipo médico podría disponer de un método diagnóstico temprano para ofrecer una alternativa farmacológica y terapéutica adecuada”, explica la investigadora.

La investigación ha sido desarrollada por un equipo multidisciplinar integrado por investigadores del Departamento de Fisiología de la Facultad de Medicina y Odontología de la UPV/EHU, del Centro de Investigación Biomédica en Red de Salud Mental (Cibersam), del Hospital Universitario de Álava y del Instituto de Biomedicina de la Universidad de León (Ibiomed). Así mismo, la Fundación de Jesús Gangoiti Barrera ha financiado el proyecto.

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psiquiatría

7 consejos para hacer frente de forma saludable al «Síndrome de los Lunes»

•Dormir bien, realizar actividades deportivas o de ocio, y planificarte las tareas pueden ayudarte a superar el primer día de la semana

• El malestar general que se produce durante las últimas horas del domingo podría considerarse uno de los primeros síntomas.

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El malestar general que se produce en nuestro cuerpo cada domingo durante las últimas horas del día, puede considerarse como uno de los primeros síntomas del “Síndrome de los Lunes”. La vuelta a la rutina laboral después del paréntesis del fin de semana, puede suponer un gran esfuerzo mental y psicológico para algunos trabajadores.

La compañía de prevención de riesgos laborales Unipresalud (www.unipresalud.com) ha elaborado una serie de recomendaciones para afrontar de forma saludable la vuelta a nuestro puesto de trabajo, sin que nuestro organismo sufra ningún tipo de patología.

1. Duerme bien durante el fin de semana: descansar y dormir bien es esencial para afrontar el inicio de la semana con garantías. Nuestro organismo necesita recargar las baterías que se han consumido de lunes a viernes, por lo que es necesario poder reponerse mientras nos encontramos en el fin de semana.

2. Organízate las tareas: la distribución de tareas es esencial cuando  nos ponemos al frente de una jornada de trabajo. Al llegar a la oficina, repasa todos los temas que tengas pendientes y ordénalos en base a su importancia. De este modo, podrás liquidar los aspectos más importantes durante el día.

3. Evita el estrés: una manera de esquivarlo es priorizando tareas. Seguro que algunas de ellas no son prioritarias, lo que se traduce en que puedes desplazarlas a la mitad o al final de la semana. De esta manera, no te sentirás agobiado y el estrés no se apoderará de ti.

4. Busca una actividad para este día: una cena, una cerveza o un café con los amigos o los compañeros de trabajo  al acabar la jornada laboral, puede ser un ingrediente emocional positivo para combatir y ganar la batalla al lunes.

5. Actívate durante el fin de semana: hacer ejercicio o programar actividades de ocio para realizar con la familia o los amigos, puede ser el mejor antídoto para comenzar el lunes con optimismo y con un mayor grado de satisfacción personal. Si te relajas en exceso, la activación del inicio de semana se hace más cuesta arriba.

6. Intenta levantarte antes: aunque te suponga un mayor esfuerzo, y todavía más en lunes, este margen de tiempo te ayudará a planificarte mejor tu lunes. Llegarás a la oficina con tiempo y podrás dedicar unos minutos a empezar la jornada laboral de forma menos intensa.

7. Evita las reuniones: en la medida de lo posible, no pongas en tu agenda una reunión para ese día. Si la puedes desplazar al martes, podrás dedicarte a solucionar las tareas urgentes y evitarás iniciar nuevos temas que puedan preocuparte.

“El estado de ánimo influye a la hora de empezar la semana laboral. Evitar caer en el desánimo y buscar los aspectos agradables de nuestro trabajo, es básico para que no se nos convierta en una pesadilla la vuelta a la oficina después del fin de semana.” afirma el doctor Oscar Galindo, director de Salud Laboral en Unipresalud. Seguir estas recomendaciones beneficia al trabajador y provoca que el lunes no sea considerado como el día más temido de la semana.

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LifeStyle

Diez personas se quitan la vida cada día en nuestro país

• El 10 de septiembre, Día Mundial para la Prevención del Suicidio, la  OMS pide Planes de Prevención del Suicidio basados en estrategias integrales y multisectoriales

• Las enfermedades mentales constituyen el principal factor de riesgo para el suicidio, que continúa siendo un tema tabú

• La Fundación Española de Psiquiatría y Salud Mental, a favor de un Plan Nacional para la Prevención del Suicidio

depresión

Los suicidios se cobran un coste elevado. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de 800.000 personas mueren cada año por suicidio

El suicidio es una muerte común en España. Sin embargo, el estigma social y religioso ha convertido al suicidio en un tema tabú. En general no somos educados para hablar de la muerte, pero cuando el tema es el suicidio, la situación se vuelve aún más difícil. El próximo jueves 10 de septiembre se celebrará el Día Mundial para la Prevención del Suicidio bajo el lema “Prevención del suicidio: buscar y salvar vidas”. Promovido por la Asociación Internacional para la Prevención del Suicidio (IASP) y la OMS, la cita persigue despertar las conciencias y animar a todos a contribuir en la reducción de las elevadas tasas de mortalidad por esta causa.

Los suicidios se cobran un coste elevado. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de 800.000 personas mueren cada año por suicidio, siendo la segunda causa principal de muerte entre los 15 a 29 años. Además, existen datos de que por cada adulto que se suicidó, posiblemente más de otros 20 lo intentaron. Los suicidios son prevenibles, recuerda la OMS, pero para que las respuestas nacionales sean eficaces es necesaria una estrategia integral multisectorial de prevención.

En mayo de 2013, la 66ª Asamblea Mundial de  la Salud adoptó el primer Plan de acción sobre salud mental de la historia de la OMS. La prevención del suicidio forma parte integrante de este plan, que se propone reducir un 10%, para el 2020, la tasa de suicidio en los países, tal y como queda patente en el primer informe elaborado por la OMS bajo el título «Prevención del Suicidio; un imperativo global , dado a conocer el año pasado.

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Los expertos demandan que en todas las Comunidades se pongan en marcha Programas para prevenir los suicidios

Por ahora, en España, no existe un único Plan Nacional para la Prevención del Suicidio –sí hay algunos programas o planes autonómicos-, a pesar de la llamada a la acción realizada por la OMS.

Como explica el doctor  Miquel Roca, presidente de la Fundación Española de Psiquiatría y Salud Mental (FEPSM), coordinador de la Unidad de Psiquiatría del Hospital Juan March de Mallorca y profesor titular de Psiquiatría en la Universidad de las Islas Baleares, “diversas comunidades autónomas como Cataluña y Madrid han puesto en marcha  estrategias específicas con buenos resultados en este sentido: Código Riesgo de Suicidio en Cataluña o Código 100 en Madrid, por ejemplo. Otras comunidades como Cataluña de nuevo o Baleares han implementado programas europeos que se mostraron eficaces en estudios comunitarios controlados en Alemania. Es importante que sean programas que ya hayan sido analizados y estudiados y se hayan mostrado eficaces como el denominado European Alliance Against Depression en Alemania. Algunos grupos políticos y sociedades científicas, como la Sociedad Española de Psiquiatría, han planteado en el Congreso y en la Estrategia Nacional de Salud Mental la absoluta necesidad de un Plan con estas características, que es uno de los temas pendientes en la política sanitaria española”.

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En nuestro país, el suicidio está por delante de los accidentes de tráfico en cuanto a muerte no natural

El suicidio en España

Según los últimos datos disponibles del Instituto Nacional de Estadística (INE), en 2013 se quitaron la vida 3.870 personas – 2911 hombres y 959 mujeres-, la cifra más alta de los últimos 25 años. Esto supone que 10 personas se quitan la vida, de media, cada día. El suicidio se erige, así, en la primera causa de muerte no natural, por delante de los accidentes de tráfico en nuestro país.

Con respecto a la edad, las tasas de suicidio son más elevadas entre las personas mayores de 65 años, tanto entre hombres como entre mujeres. Prácticamente en todas las comunidades autónomas hubo tres suicidios masculinos por cada uno femenino. Asturias es la región que encabeza la lista con 13,92 casos por cada 100.000 habitantes, seguida por Galicia (12,09) y Andalucía (9,63). Madrid y Cantabria se sitúan en el polo opuesto, siendo las comunidades en las que menos muertes voluntarias se registraron. Según las estadísticas, este tipo de fallecimiento es más común en grandes ciudades y municipios pequeños (de menos de 10.000 habitantes) frente a las zonas de población intermedias.

A pesar de estas cifras, España es uno de los países con las tasas más bajas de suicidio, registrándose ocho suicidios por cada 100.000 habitantes. ¿Los datos reflejan un cambio de tendencia? Es difícil saberlo ya que los suicidios descendieron en España durante los primeros años de crisis económica, pero a partir de 2011 comenzaron a crecer ligeramente. Además, se ha modificado la metodología en el estudio de este último año en algunas comunidades autónomas (datos de 2013) y, por tanto, no son posibles las comparaciones entre series históricas.

La relación entre suicidio y crisis económica es compleja. En el trabajo “Crisis económica y salud mental en España”, elaborado por Roca y colaboradores, publicado en el European Journal of Public Health y en una carta en The Lancet en 2013, se desprende que hay que esperar a conocer los datos de suicidio de 2014 y 2015 para comprender mejor si existe o no una relación causal entre la actual crisis económica y el suicidio en aquellos países especialmente golpeados por la crisis.

Estrecho vínculo entre trastornos mentales y suicidio

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Un 50-60% de los pacientes que cometen suicidio tenían un trastorno depresivo en el momento de la conducta suicida

Según el doctor Roca “las enfermedades mentales constituyen el  principal factor de riesgo para el suicidio y, entre ellas, la depresión es la mayor puerta de entrada a la conducta suicida. Los estudios con metodología adecuada muestran que aproximadamente un 50-60% de los pacientes que cometen suicidio tenían un trastorno depresivo en el momento de la conducta suicida. El suicidio es la mayor y más grave complicación de la patología depresiva”.

En los estudios mencionados anteriormente, el 80% de los pacientes que cometen suicidio tenían diagnósticos para una enfermedad mental. “Después de la depresión, hay datos de una clara relación entre suicidio y trastorno bipolar, consumo de sustancias y trastorno esquizofrénico, fundamentalmente, además de algunos trastornos de la personalidad”, detalla el especialista.

Las enfermedades mentales pueden tratarse, mejorar y, en muchos casos, curarse. La mayoría de las personas que intentan el suicidio y no lo logran se sorprenden de cómo pudieron llegar a no ver otra salida, cuando reciben la ayuda necesaria. “Los síntomas depresivos nucleares, entre ellos la ideación suicida, responden bien a los tratamientos habituales de la depresión. De hecho, la ideación suicida, y ya no digamos la tentativa suicida, es uno de los factores que de forma inmediata debe llevar a un tratamiento especializado y tratamiento con fármacos antidepresivos. En muchos casos la indicación de tratamiento psicoterapéutico estará también indicado, pero siempre asociado a  tratamiento farmacológico adecuado, en dosis y tiempo”, afirma el doctor Roca.

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¿Cuáles serían las principales estrategias para la prevención del suicidio? El psiquiatra Miquel Roca lo tiene claro: “el diagnóstico precoz y tratamiento adecuado de los principales trastornos mentales sería la estrategia inmediata más adecuada para esta prevención, de manera particular en grupos de alto riesgo; paralelamente, programas de respuesta rápida a pacientes con ideación suicida o tentativas de suicidio y seguimientos pormenorizados de los grupos de riesgo”.

El estigma que rodea el suicidio se traduce en una falta de solidaridad y empatía de la sociedad hacia los “supervivientes del suicidio”, los familiares, a menudo los grandes olvidados de esta tragedia.

El suicidio es un asunto de salud pública de primer orden, como lo demuestra el hecho de que sea la principal causa externa de muerte (suicidio, accidentes, homicidio…). Sin embargo, aún sigue siendo un tema tabú.

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psiquiatría

Tres de cada diez trabajadores sufre fatiga mental relacionada con su jornada laboral

• El II Barometro HGS de la Salud en Entornos Laborales en España pone de relieve que el 64% de los trabajadores padece alguna dolencia durante su jornada laboral

• Entre las afecciones las afecciones más habituales figuran el escozor en los ojos, el dolor de espalda, de cabeza, la sequedad en membranas, mucosas y piel e irritación de nariz y garganta. Solo un 36,5% afirma no sentir ninguna dolencia de forma habitual

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Un estudio revela que el 31% de los españoles sufre fatiga mental en el trabajo

‘Disminución temporal de la eficiencia funcional mental’. Así definen los expertos la fatiga mental. Los efectos en el trabajo son evidentes: pérdida de concentración, peor relación esfuerzo-resultado, menor capacidad de asimilar información y, en consecuencia, aumento de los errores.A todos nos ha ocurrido en alguna ocasión, pero existen casos en los que la sensación de fatiga llega a ser permanente. Y entonces, las consecuencias para la persona afectada llegan mucho más allá del trabajo. Entre los síntomas asociados habitualmente a la fatiga mental encontramos trastornos en el sueño, fatiga ocular, sensación continua de cansancio, adormecimiento, mareos, cefaleas, irritabilidad, alteraciones digestivas.

El 30,8% de los trabajadores sufre fatiga mental relacionada con su jornada laboral. Es una de las conclusiones del II Barómetro de la Salud en Entornos Laborales en España, elaborado por la firma HGS(Consultora del Grupo Papelmatic). El estudio, en el que han tomado parte 80 empresas de diferentes ámbitos y sectores, revela también que un 64% sufre alguna dolencia.
RIESGOS TRABAO OFICINA

A pesar de todo, la percepción de los trabajadores sobre la implicación de las empresas en relación a su salud es bastante benévola.

Además de la fatiga mental, entre las afecciones más habituales figuran el escozor en los ojos (35,6% de los encuestados); el dolor de espalda (31,7%); el dolor de cabeza (23,1%); sensación de sequedad en membranas, mucosas y piel (15,4%) e irritaciones de nariz y garganta (12,5%). Sólo un 36,5% afirman no sentir ninguna dolencia de forma habitual.

Resulta  destacable que estas dolencias no fueran motivo de baja laboral en la inmensa mayoría de los casos (94,2%). “En parte, esto puede deberse a que las dolencias tuvieran una intensidad menor, pero también es posible que los trabajadores hayan desarrollado durante estos años de crisis una mayor resistencia antes de recurrir a la baja médica”, explica Mònica Fornt, de HGS. “Esto encaja bien con ese 30,8% de encuestados que afirma sufrir fatiga mental, porcentaje que resulta preocupante”, añade Fornt.¿Se implican las empresas en el bienestar laboral de sus empleados?
Con todo, la percepción de los trabajadores sobre la implicación de las empresas en relación a su salud es bastante benévola. Un 44% considera que su empresa se preocupa “mucho o bastante” por mantener un entorno laboral saludable, mientras que un 42% cree que se implican aunque “de una forma muy elemental”. Un 11% opta de forma inequívoca por la respuesta de “no, en absoluto” a esta cuestión.
MAS CONFORT

Un tercio de los y las trabajadores encuestados (32,8%) asegura trabajar con una temperatura “inadecuada”, y que un 46,3% cree que se hace un mal uso de los aparatos de aire acondicionado o calefacción.

Ruido, temperatura y orden: lo más valorado por los trabajadores
Preguntados por los aspectos que en mayor medida afectan a su rendimiento, hay unanimidad en que el ruido (70,2%) y la temperatura (62,5%) son factores esenciales. Le siguen en la lista el orden (42,3%) y la iluminación (34,6%). Estos aspectos se sitúan por delante de otros como el espacio físico (mencionado sólo por un 26,9%), el mobiliario (19,2%) y la limpieza (16,3%).

En la práctica, estos factores gozan de una cierta normalidad, ya que el 80,3% de los encuestados cree que su espacio de trabajo es suficiente para las tareas requeridas, y un 87,3% cuenta con iluminación natural. Menos plácida es la situación del 23,7% de encuestados que aseguran no contar con el sonido ambiente adecuado.

“La combinación de estos factores es decisiva en términos de bienestar, pero también de rentabilidad –comenta Mónica Fornt-. Un trabajador/a que no está mínimamente a gusto no rendirá como podría hacerlo, y resulta preocupante ese 23,7% que puede verse sometido a estrés auditivo, e incluso el 13% que trabajan sin ninguna luz natural”.

Mobiliario

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Los empleados suspenden a sus empresas en cuanto al mobiliario

En relación a los elementos del equipamiento con mayor incidencia sobre el bienestar laboral, y como ya ocurrió en la 1ª edición del Barómetro, la silla y la mesa son los elementos más valorados. En ambos casos, los encuestados le dan una puntuación superior al 4 sobre 5.
Temperatura
En cuanto a la temperatura –crucial en las estaciones extremas como invierno y verano-, destaca que un tercio de los encuestados (32,8%) asegura trabajar con una temperatura “inadecuada”, y que un 46,3% cree que se hace un mal uso de los aparatos de aire acondicionado o calefacción.Elementos de higiene personal
En cuanto a la higiene personal, el Barómetro arroja datos desiguales: por un lado, el 91% afirma contar con jabón de manos, pero sólo un 30% cuentan con toallitas de un solo uso para secarse las manos, porcentaje que se reduce al 21,8% cuando hablamos de gel alcohólico desinfectante de manos –elemento clave en la transmisión de virus comunes.

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Enfermedades

La depresión merece ser mejor tratada

Desmontando la letra pequeña de uno de los grandes retos de la salud pública en la actualidad

«Las recaídas, tan frecuentes en esta enfermedad, representan uno de los factores más impactantes en la calidad de vida y uno de los mayores desafíos para su correcto abordaje»

“Los síntomas residuales de la depresión son los que permanecen tras la mejoría y limitan la actividad del paciente, no tanto por un estado de ánimo de tristeza como por dificultades cognitivas como la falta de atención, el insomnio o la pérdida de deseo sexual»

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Ya es la principal causa de discapacidad en el mundo occidental, pero el sistema sanitario todavía no ha conseguido tratarla en toda su complejidad y hay un elevado infradiagnóstico y una baja tasa de cumplimiento terapéutico. En el XIV Seminario Lundbeck se incidió en la necesidad de abordar correctamente los síntomas residuales y de considerar sus repercusiones laborales en toda su amplitud.

Sicilia, agosto de 1943, en un hospital militar estadounidense el general Patton abofetea a un soldado hospitalizado por depresión nerviosa y fatiga de combate, acusándole al tiempo de que por gentuza cobarde como él se pierden las guerras. Hace ya muchos años que para la OMS el concepto de salud incluye un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades. En el campo de la depresión, se ha avanzado mucho desde aquella ultrajante actuación, y hoy es impensable encontrar un ‘jefe Patton’ golpeando a un subordinado de baja por depresión. Pero a pesar de estos avances, la revista de la Sociedad Médica de Canadá decía en su editorial hace bien poco que “la depresión merece ser mejor tratada”. Aunque 350 millones de personas la padezcan y sea la principal causa de discapacidad en el mundo occidental, el 50% de los trastornos depresivos no recibe tratamiento, o no el adecuado, el 43% de los pacientes lo abandona y otro porcentaje significativo no lo cumple.
Añadamos a esto los persistentes síntomas residuales de la depresión, como la fatiga o el insomnio, su impacto laboral e incidencia concomitante en el aumento del riesgo de otras patologías, que unidos provocan que el coste para los individuos, sus familias y la sociedad en su conjunto sea muy elevado. Precisamente por ello, está sobradamente justificado lo que se invierte, pero sobre todo que se reclame que se perfeccione su tratamiento. Como sostiene el doctor Miquel Roca, de la Unidad de Psiquiatría del Hospital Juan March de Mallorca y profesor de Psiquiatría en la Universidad de las Islas Baleares, “la asistencia a los trastornos mentales debe equipararse a la de otras enfermedades, así como los fondos dedicados a su investigación”.

La depresión tiene una alta prevalencia: “Entre el 8% y el 15% de la población española la padecerá a lo largo de su vida, el doble de mujeres que de hombres”, en palabras del doctor Manuel Bousoño, profesor de Psiquiatría en la Universidad de Oviedo.
En el estudio “Estrategia de salud mental del Sistema Nacional de Salud” aparece España como el país europeo con las tasas más altas de síntomas depresivos, estimándose en 1,8 millones los pacientes en 2013. Y aunque las consultas sean con frecuencia demasiado rápidas para descubrir y atajar los entresijos de una depresión, los trastornos depresivos ya aparecen en el 20% de los pacientes de Atención Primaria.
Pero aun siendo todo un envite dar tratamiento adecuado a los diagnosticados, que después no lo abandonen y que cumplan con lo prescrito, el reto clave es lograr diagnosticar a ese 50% que aun hoy no son tratados o se tratan incorrectamente. Porque “el estigma de las enfermedades mentales sigue siendo un verdadero tema pendiente, en el que cuesta muchísimo avanzar”, opina el doctor Roca.
El doctor Bousoño remarca que, siendo prácticamente una enfermedad crónica, la depresión está manifiestamente infradiagnosticada: “Sea por falta de tiempo, de concienciación social o a causa de prejuicios persistentes, la identificación de la depresión se ve muy dificultada, lo que conlleva que se quede a menudo sin el tratamiento adecuado”.

“La asistencia a los trastornos mentales debe equipararse a la de otras enfermedades, así como los fondos dedicados a su investigación”, sostiene el doctor Miquel Roca

LA LETRA PEQUEÑA
Esta patología, tradicionalmente asociada a la tristeza y a la apatía, es un trastorno multidimensional –emocional, cognitivo y físico–, en el que el objetivo terapéutico básico de recuperar funcionalmente al paciente resulta largo y costoso por la alta prevalencia de los síntomas residuales, como los cognitivos o la fatiga. Según la Asociación Americana de Psiquiatría afectan al 25-30% de los pacientes, con el consiguiente deterioro en la calidad de vida personal, social y/o laboral, tal y como pone de manifiesto el estudio de opinión “La depresión y la ansiedad en el entorno laboral”, presentado en el recientemente celebrado XIV Seminario Lundbeck.
“Los síntomas residuales de la depresión son, precisamente, los que permanecen tras la mejoría y limitan la actividad del paciente, no tanto por un estado de ánimo de tristeza como por dificultades cognitivas como la falta de atención, el insomnio o la pérdida de deseo sexual. Aunque menos manifiestos, estos síntomas impiden el retorno del paciente a la plena normalidad”, explica Guillermo Lahera, profesor de Psiquiatría en la Universidad de Alcalá e investigador en el Instituto Ramón y Cajal.

CALIDAD DE VIDA
Son justamente estos síntomas residuales lo que bien podríamos considerar la letra pequeña de la depresión, donde aparecen incrementados los riesgos de recaídas: trastornos del sueño, problemas de memoria y cognitivos, falta de energía, fatiga, disfunción sexual, suicidio, discapacidad social… “Globalmente, un 50% de las depresiones tratadas no alcanza la remisión total, y de ellas, un 80% mantiene síntomas residuales, que mantienen la presencia de la enfermedad a lo largo del tiempo”, asegura el psiquiatra Lahera.
Este alargamiento temporal exige una mayor determinación del médico en el abordaje de las diferentes facetas de la depresión “y, sobre todo, una perspectiva longitudinal en el tiempo, que la convierte en crónica por su duración y su tendencia a la recidiva”, explica Lahera.
Por otra parte, las recaídas, tan frecuentes en esta enfermedad, representan uno de los factores más impactantes en la calidad de vida y uno de los mayores desafíos para su correcto abordaje. Todo ello, sumado a que favorece un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares, diabetes, consumo abusivo de alcohol y drogas, otros trastornos psiquiátricos y, por supuesto, de suicidio, 21 veces superior que entre la población general.

Aunque el 90% de trabajadores cree que la depresión afectaría a su rendimiento laboral, una de cada tres personas no lo comunicaría en el trabajo por miedo a represalias

IMPACTO LABORAL
Además de la pérdida de calidad de vida, provoca un importante impacto en el ámbito sociolaboral. Según la Asociación Europea de la Depresión, uno de cada diez trabajadores europeos ha causado baja durante 36 días por depresión, 21.000 horas de trabajo perdidas. Se calcula que en Europa se pierden 92.000 millones de euros al año por este motivo, el 58% en costes indirectos por baja productividad, baja por enfermedad y jubilación anticipada, además de asociarse a mayores tasas de desempleo.
En España y en Europa es una de las principales causas de baja laboral por incapacidad temporal y permanente, pero es más grave que aun sin baja laboral la depresión reduce drásticamente la capacidad de la persona, induciendo una disminución significativa de la productividad, dando paso al ‘presentismo’, incluso por encima de la mayoría de las enfermedades crónicas.
Una de las razones de que se produzca este bajo rendimiento, comentada en el XIV Seminario Lundbeck, es que una de cada tres personas no comunicaría en el trabajo que padece depresión, bien por el estigma que todavía supone su aceptación social, bien por miedo a represalias. De modo que, pese a que el 90% de trabajadores cree que una depresión afectaría a su rendimiento laboral, solo un 58% se lo diría a un superior y un 45% a un compañero de trabajo, pero solamente un 36% pediría la baja, mientras el resto seguiría trabajando en situación depresiva, lo que incidiría en una baja productividad presentista.
Con estas pautas extraídas del estudio, el doctor Roca insiste en que “son absolutamente imprescindibles políticas proactivas contra este estigma, con planes concretos de prevención de la depresión en el entorno laboral, ya que resulta evidente el impacto económico generado tanto en costes directos como indirectos por personas que siguen trabajando en situación depresiva”, sea por miedo al estigma social o por temor al sopapo de algún nuevo Patton.

Reportaje de Nekane Lauzirika publicado en la revista «Dinero y Salud»

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